🔥 Magaly Medina arremete contra “Esto es Guerra” por juntar a Onelia Molina con su ex denunciado: “¡Solo les importa el rating!”

Magaly Medina volvió a disparar sin filtro y esta vez su blanco fueron los productores de Esto es Guerra. La polémica periodista no se guardó nada al criticar duramente la decisión del reality de juntar en el set a Onelia Molina con Diego Chávarri, su ex pareja, a pesar de que ella lo denunció por violencia y secuestro en el pasado.

El regreso de Mario Irivarren —actual pareja de Onelia y ex de Vania Bludau— también fue parte del escándalo. Pero lo que más indignó a Magaly fue la forma en la que el programa, según ella, banaliza una experiencia de violencia por el simple hecho de levantar puntos en el rating.

“Lo que les importa es el rating que les funcione, y parece que eso está pasando. Esta vez metieron a un ex enamorado de Onelia Molina y las cosas entre ellos terminaron muy mal. Ella lo denunció por violencia y secuestro”, sentenció Magaly en su programa.

“¡Una cachetada a la lucha contra la violencia!”
Fiel a su estilo directo y ácido, la conductora no solo criticó el morbo creado por el reencuentro televisivo, sino que también cuestionó el mensaje que este tipo de decisiones envía al público.

“A mí jamás se me ocurriría poner a una mujer que denunció a su expareja por un acto violento como mantenerla secuestrada. Y no se me ocurriría que, por un par de cifras de audiencia, los voy a juntar como si nada hubiera pasado”, dijo indignada.

Para Magaly, este tipo de espectáculos son una “cachetada contra todos aquellos que siempre estamos enarbolando la lucha contra la violencia”. Acusó directamente al equipo de producción de tener una “vena machista”, y de exponer a una víctima por el show.

¿Todo vale por rating?

Magaly también destacó que este tipo de decisiones no solo son irresponsables, sino peligrosas. “El entretenimiento no puede estar por encima de la dignidad y la seguridad de una persona”, afirmó. Además, subrayó que, aunque Mario y Onelia se hayan dado una nueva oportunidad, su relación está marcada por una dinámica tóxica que el programa está dispuesto a exponer sin escrúpulos.

Este nuevo escándalo reabre un debate ya conocido: ¿Hasta dónde debe llegar un programa de televisión por conseguir audiencia?