Organizan feria en Villa El Salvador con mypes de la zona sur y promueve la visita de compradores nacionales e internacionales
Mi historia con Sofia Kourtesis inicia formalmente el 2022. La cafetería de su madre, Fresia, una persona muy especial

Mi historia con Sofia Kourtesis inicia formalmente el 2022. La cafetería de su madre, Fresia, una persona muy especial para mí, estaba por reabrir luego de la pandemia. Ambas me pidieron encargarme del negocio. Aquel verano, era servidor público en la Municipalidad de Lima. No lo pensé. Renuncié y me sumergí en esa aventura que duraría un año y medio.
Sin embargo, a Sofia la conocí el 2017 o 2018 aproximadamente. Ella radicaba en Alemania y venía al Perú muy pocas veces al año. Lo hacía para visitar a su familia y para conocer más del interior de nuestro territorio. En ese momento, Fresia, su madre, se postulaba como regidora para la Municipalidad de Magdalena del Mar y yo ya trabajaba con ella. Fresia integraba la lista de la hoy congresista Susel Paredes, iba como su teniente alcaldesa. Al final, Susel perdió y Fresia fue la única regidora que ingresó.
Desde aquella campaña municipal hasta el verano del 2022, vi a Sofia menos de diez veces. Pero luego de asumir su negocio, empecé a conocerla más. Por aquellos meses, recuerdo con claridad que me hizo escuchar sus tracks «La Perla» y «Estación Esperanza. Pero también recuerdo que en una de las mesas del negocio le dije que no entendía «La Perla» y que me quedaba con la otra canción (de lo cual hoy, después de entrenar mi oído por varios años, me retracto). El verano acabó rápido y Sofia regresó a Europa y no nos vimos hasta que me llevó a Alemania, un viaje que pareció un sueño porque conocí el Funkhaus Berlin, pero ese es ya otro tema.
Con Sofia nos reencontramos el verano del 2023. El negocio estaba en auge y Sofia trajo múltiples ideas para realizar actividades culturales allí. Sofia es de las artistas que apuesta por el arte nacional y siempre reconoce el trabajo y tiempo de sus colegas. Los meses transcurrieron y tuvo que regresar a Berlín. En el transcurso del año, me desligué de su negocio, viajé y nos volvimos a ver el verano del 2024. Las cosas habían cambiado: Sofia el año anterior había lanzado su álbum Madres y había tocado en Tomorrowland. Ya no era una artista en ascenso, era un referente nacional. Hizo dos shows en Barranco, en los cuales se agotaron las entradas y formó parte de un festival realizado en Lurín con figuras como Peggy Gou y James Hype. No obstante, ya había trabajado con Coldplay, Diplo, entre otros artistas internacionales. Sofia ya estaba en el ruedo.
Volvernos a fines del 2024 fue mágico. Vino a Lima por cuatro días y aprovechó para dar un show en un club de origen alemán ubicado en pleno Centro de Lima, pues la razón de su viaje a Sudamérica, en realidad, era para participar en el Fauna Primavera de Chile junto a bandas como Franz Ferdinand o The Smashing Pumpkins. Los boletos se acabaron una vez más y ya no nos volvimos a ver hasta el 2025.
Este año ha estado lleno en estos primeros seis meses de múltiples presentaciones, una gira y el pre lanzamiento de su nuevo disco. Sin embargo, algo que uno aprende de Sofia es la humanidad y humildad. Hace un par de meses estuvimos en una tienda por departamento comprando ropa en Bogotá. El chico que nos atendía se acercó y aparte de felicitarla por el show que iba a hacer en el festival Estéreo Picnic, nos dijo que no alcanzó para comprar un ticket. Sofia no lo pensó dos veces y le dio dos entradas. De todos los momentos compartidos con Sofia, esa es sin duda, una de las que más me marcó. Sofia tiene los pies bien puestos sobre la tierra y un disco por venir. Pitchfork la ha calificado como la mejor nueva música y la ha incluido en los mejores discos de la década, esa calificación calzaría perfecto también con su trato como ser humano y su amor por el prójimo. El arte es vida, amor, rebeldía, pasión, empatía. Si hoy está entre las cien mejores DJs mujeres del mundo, de acuerdo a la revista de música especializada DJMag, es porque tiene todo.