Una pieza decente en un ajedrez corroído
A Marisol Pérez Tello la conocí cuando era menor de edad y estábamos en plena temporada electoral. Era el

A Marisol Pérez Tello la conocí cuando era menor de edad y estábamos en plena temporada electoral. Era el 2013 y Lima se enfrentaba a un proceso de revocatoria para sacar de la alcaldía a Susana Villarán. Quienes impulsaban ese proceso eran el fallecido ex alcalde Luis Castañeda Lossio y el congresista investigado por la Fiscalía José Luna Gálvez. Marisol, en ese entonces, formaba parte del Partido Popular Cristiano (PPC) y como organización política habían tomado la decisión de promover el «No a la revocatoria».
Recuerdo con claridad cuando me acerqué a inicios de ese año al local de campaña de la alcaldesa de Lima para proponerme como voluntario o personero por el «No». Luego de corroborar que no era mayor de edad, me hicieron caso omiso. Caminé un par de cuadras más y me encontré al PPC. Allí no solo me invitaron a una reunión que había en ese momento, sino que también a otras actividades, entre ellas, una a realizarse en el ex mercado mayorista «La Parada» en La Victoria. Ese día llegué temprano, estaba algo nervioso, pero a la vez con mucha adrenalina por participar de una actividad así. No transcurrieron ni cinco minutos desde que llegué hasta que la encargada de los voluntarios del PPC me pidió que recogiera a Marisol del primer piso. Estábamos en la azotea de uno de los comercios aledaños al mercado.
Marisol, ni bien bajó de su camioneta, me saludó muy tranquila y permitió que la guíe hasta el lugar de la reunión. Llegó entre aplausos de los comerciantes y rostros de felicidad de sus colegas del partido. Sin duda, había llegado a La Victoria una mujer dedicada a hacer política. Desde ese año hasta la actualidad con Marisol he tenido múltiples discrepancias en opiniones y decisiones electorales. De hecho, me pareció lamentable su apoyo abierto y público a Keiko Fujimori el 2021. Hoy, ella es precandidata a la presidencia por el partido político Primero La Gente, que está acusado como otros partidos de haber presentado firmas falsas. Las investigaciones seguirán su curso, pero si de algo tengo plena seguridad, es que el aura que transmite Marisol es honesto. Y a ello se suma que carece de denuncias por corrupción y/o temas similares. ¿Le irá bien? No lo sabemos; no obstante, es una pieza decente en este ajedrez político manchado de autoridades que no dan la talla.
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