“No fui el mejor padre, pero le deseo lo mejor”
Finalmente, Christian Cueva rompió su silencio y, como buen futbolista, salió a driblar las preguntas con un estilo bien

Finalmente, Christian Cueva rompió su silencio y, como buen futbolista, salió a driblar las preguntas con un estilo bien claro.
Después de que Pamela López se sentó en el temido sillón rojo de El Valor de la Verdad, el pelotero de Cienciano no dudó en dejar claro lo que pensaba.
En una entrevista con Carloncho, Cueva se sinceró y, con la humildad que le da el estar acostumbrado a recibir críticas, admitió que en alguna ocasión trató mal a la hija de su ex, pero que, ojo, nunca fue con mala intención. Así dijo.
“El sentimiento no se va de la noche a la mañana», comenzó Cueva, como si estuviera dando un discurso de jugador de fútbol.
«De repente en un momento de mi vida me ganó el impulso, la cólera… No tengo nada en contra de ella”.
Eso sí, no es que haya salido a tirar la toalla y que todo sea culpa del calor del momento. El futbolista dejó bien en claro que su cariño por la hija de Pamela es especial.
“La estimaba mucho, siempre la vi como una niña, como mi hija. Pero no siempre se puede ser perfecto, y menos cuando las emociones juegan en tu contra”, agregó Cueva, mientras ya nos imaginábamos cómo sería el vestuario de Cienciano después de esta entrevista.
Cueva reconoce su error
Como si fuera poco, Christian también reconoció que no fue la mejor figura paterna para la hija mayor de Pamela, pero, ojo, no se quedó solo con la crítica. ¡Nada de autocompadecerse! Le dedicó unas palabras de aliento:
“Le deseo lo mejor, que le vaya bien en la vida, que sea profesional, que sea feliz… Yo la he apoyado en todo lo que he podido. No fui el papá perfecto, pero hice lo que pude”, reconoció.
“Debería estar dedicada a sus estudios, no ser expuesta de esa manera”, comentó el pelotero, como quien dice: “Dejen a los chicos tranquilos”.
Aunque Cueva no quiso entrar en detalles sobre lo que dijo Pamela López en El Valor de la Verdad, sí fue claro con una cosa: su paz es lo más importante.
«Lo que estoy defendiendo es mi paz, la paz de Pamela Franco y, sobre todo, la de mis hijos», afirmó sin roches.
¡Y no falta el toque de picardía! Como buen futbolista, Cueva también se dio sus licencias y, aunque no entró al quite con las revelaciones de su expareja, dejó claro que no tiene nada que esconder: “Estoy tranquilo, feliz en mi relación, y eso es lo único que importa”.
Para terminar, el futbolista cerró su intervención con un mensaje para todos esos que están listos para señalar: «Quién está para juzgar, si todos tenemos nuestras caídas». Y así, con esa actitud de «me caí, pero me levanto», terminó.