así celebró la hazaña de Alianza Lima ante Boca
Si alguien vivió con intensidad la histórica clasificación de Alianza Lima en La Bombonera, ese fue Jefferson Farfán. La

Si alguien vivió con intensidad la histórica clasificación de Alianza Lima en La Bombonera, ese fue Jefferson Farfán. La ‘Foquita’ dejó de lado su pose de exjugador serio y se convirtió en el hincha más apasionado del partido, transmitiendo en vivo cada tanda de penales y soltando frases que ya quedaron para la posteridad.
Desde temprano, el exdelantero blanquiazul mostró su respaldo al equipo de sus amores. A través de sus redes sociales, mandó mensajes de aliento a los jugadores, especialmente a su «compadre» Paolo Guerrero, quien fue el encargado de abrir la tanda de penales.
“Vamos compadre, canasta”, dijo mientras el ‘Depredador’ se paraba frente al balón. Cuando Guerrero anotó, Farfán explotó de emoción: “Golazooo, respeten, mi galáctico”.
Pero el show de ‘Jeffry’ recién comenzaba. Con cada penal de Alianza, su emoción crecía. Aplaudió los goles de Gaibor, Noriega, Trauco y Lavandeira, mientras que cada tiro de Boca era un motivo de tensión. Intentó «mufar» a los rivales, mencionando que Rojo, Cavani y compañía fallarían, pero los argentinos no le hicieron caso y convirtieron sin problemas.
Hasta que llegó el momento decisivo. Alan Velasco tomó el balón y Farfán, con su característico tono confiado, ya tenía claro lo que pasaría:
“Se lo tapaste, se lo tapaste galáctico…”. Dicho y hecho. Guillermo Viscarra atajó con las piernas el disparo final y la ‘Foquita’ explotó: “¡Te lo dije, te lo dije carajo! ¡Sí, galáctico!”.
El exjugador cerró su transmisión emocionado, sin poder creer lo que acababa de ver. “Arriba Alianza, ya estaba escrito, ya estaba escrito esto. ¡Ay mi Alianza, corazón!”, repetía mientras su casa se llenaba de gritos de celebración.
Farfán dejó claro que, más allá de haber colgado los chimpunes, su amor por la blanquiazul sigue intacto. En esta Copa Libertadores, el equipo de sus amores le regaló una noche mágica, y él la vivió como cualquier aliancista de corazón: con nervios, gritos y, por supuesto, un poco de «mufa».