caos, calor y estrés en Gamarra y Mesa Redonda
A pocas horas de la Noche Buena, el estrés se apodera de miles de peruanos que invaden Gamarra y

A pocas horas de la Noche Buena, el estrés se apodera de miles de peruanos que invaden Gamarra y Mesa Redonda en busca de los últimos regalos y preparativos para el esperado banquete en la cena navideña. Las calles de ambos recintos lucen abarrotadas, con compradores que se abren paso entre la multitud en un verdadero reto de paciencia y resistencia.
En Gamarra, el bullicio típico de esta temporada alcanza niveles extremos. Miles recorren las tiendas en busca de prendas para todos los gustos y bolsillos.
Por otro lado, Mesa Redonda parece estar a punto del caos. Las veredas desaparecen bajo un río humano que busca juguetes, adornos y todo lo necesario para la decoración del hogar.
«Las compras de última hora son un clásico, pero el caos siempre supera lo que uno se imagina», señaló una madre mientras intentaba maniobrar con bolsas llenas de juguetes.
La cena navideña: otro dolor de cabeza
No solo los regalos causan desvelo, sino también los preparativos para la cena de Noche Buena. Muchas familias se enfrentan a interminables colas en mercados y supermercados para conseguir los ingredientes del tradicional menú peruano: pavo, panetón y chocolate caliente. «Entre el calor, las filas y los precios que han subido, ya no sé si sentirme feliz o rendida», confesó una compradora en un mercado de Lima.
El intenso calor de diciembre y el riesgo de robos agravan aún más la situación. Los vendedores de ambos recintos advierten a los compradores que realicen sus adquisiciones lo antes posible para evitar la desesperación de última hora.
A pesar del estrés y las incomodidades, el espíritu navideño sigue latiendo entre los peruanos, quienes, a su manera, intentan mantener viva la tradición de compartir y celebrar en familia.